A Mdme. Picapino, le he puesto un ultimatún: O se arregla las cejas y el peinado, y el outfit, o nuestra amistad se ha acabado. Mi amiga lo sabe, ya no se puede soportar unas cejas mal definidas y un tupé del año 78. No solo eso, he tenido que ir más allá, a calzón quitado: Le he dicho que la definición de cejas implica necesariamente también un cambio de vestuario, si es posible y lo permite la visa, completo y reluciente. Las cuestiones de vida o muerte, se tienen que tratar asi: o todo o nada. Aunque tengamos que pedir un préstamo con prima de riesgo a más de 500.
Logicamente, a la primera oportunidad que hemos tenido hemos salido pitando hacía el centro con la visa en la boca, no hay tiempo que perder. El primer problema que nos hemos encontrado es que estamos ya un poco desfasé en esto de las tiendas, y hemos tenido que llamar urgentemente a las amigas, para que nos dijeran en tiempo record, donde debe vestirse/desvestirse una, dónde se encuentra ahora el centro del universo, el zapato de moda, la camiseta cool y la gafa de montura speechless. Madre mía, lo que es salir del mercado 4 meses de nada, te quedas en Galerías Preciados, en las bambas victoria y en los jerseys privata, en menos que canta un Kikirikí.
Pero nos hemos puesto a la última en cero tres segundos de conferencia telefónica y hemos aterrizado por arte de magia en Sin Clon ni Son. Oye lo que es llegar allí, y coger barniz amigas. No solo nos dejan de punta en blanco a nosotras, también visten deliciosamente a los hombres, y estoy segura de que si llevara al perro, también me lo dejarían niquelado. Y que decir de los dueños, con esos outfits que dan ganas de llevárselos a casa y ponerlos dentro de una vitrina de lo ideales y simpáticos que son.
Así que chicas y chicos, aquí tenéis una dirección asegurada en Madrid. Tiene todo lo que quieres y necesitas, vamos. Y por cierto, Mdme Picapino se compró los zapatos amarillos de detrás. Que más puedo decir.
1 comentario:
¡Ay!, el plan renove va a acabar conmigo. Al menos, con mis zapatos nuevos, estoy encantada. Como todo el mundo sabe, no se puede empezar la casa por el tejado.
Y cuando esté en pleno ataque de glamour y sea rica a la par que delgada, me voy a ir a esta tienda y voy a arrasar. ¡Qué bonitísimo todo!
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