viernes, 25 de septiembre de 2009

Manzanares City


Cosas del directo que suelen pasar. Se me ha roto el calentador del agua. No sabemos si se ha roto del todo o solamente una de las pequeñas válvulas que mantienen el agua caliente. Sea cual sea el problema, esto implica que el agua en todos los grifos de la casa sale siempre fria, a excepción del grifo del fregadero que sale medianamente caliente de vez en cuando. El servicio de reparación técnica viene hoy por la tarde a arreglarlo, después de tres días a pelo.

Dado que he llegado de trabajar tarde estos días, y el grifo del fregadero da agua caliente a ratitos, no me ha quedado más remedio que ducharme en el fregadero de la cocina. Glamour a raudales, como siempre. Ese es mi lema.

En realidad no es incomodo ducharse con el agua del fregadero. Especialmente porque mi grifo es de los que se extraen con alargador y facilita mucho el tema. El problema no es la incomodidad: Pones muchas toallas en el suelo, te traes el guante de crin, el champú, el gel y la hidratante y solamente aprecias un cambio de escenario y cierta incomodidad al enjuagarte con agua, nada más. El problema es verse uno en medio de la cocina en pelotillas, con las lorzas al aire, las gafas de ver puestas y con las chanclas de plástico refregando las carnes con el guante de crin. Ahí Señor radica el tema. Hace falta una autoestima a prueba de bombas en estos tiempos, especialmente cuando miras hacia abajo, y ves una melé de celulitis rematada en una chancla de plástico.

Como he tenido que soportar la visión de mi misma estos tres días en tan glamuroso trance, me he evadido pensando que yo era Susan Sarandon en la escena del fregadero en la pelicula Atlantic City. En esta pelicula Susan Sarandon hacía de aprendiz de crupier, que mientras estudiaba, trabajaba en una pescadería. Cuando llegaba a casa después de trabajar, se quitaba el penetrante olor a pescado que tenía en la piel, lavándose con limones en el fregadero de la cocina mientras Burt Lancaster la espiaba desde la ventana de un edificio cercano al suyo. A la Sarandon le quedaba muy sexy el tema, pero en mi caso hay que reconocer que con la chancla puesta el tema se me va un poco de las manos. Y en cuanto al Lancaster, sinceramente viendo el patio, hay que reconocer que mis vecinos no dan para tanto.

Ustedes dirán, pero creo que, hoy por hoy, el hombre que más deseo ver rápidamente es al del Servicio Tecnico de la Junkers.

martes, 22 de septiembre de 2009

Falling into fall

Vía: Flirck

Ya esta aquí! Ya llegó! El Otoño ha entrado hoy! Despediros de las chanclas, los bikinis, los pareos y las tediosas camisetas de tirantes de lycra que nunca he podido llevar por rolliza (lo mío es pura envidia)! Dejad paso a las melancólicas, nostálgicas amantes del Otoño y del Invierno. Dejad que nos esponjemos como bizcochos de merienda con sabor a limón, envueltas en nuestros fulares, gabardinas y abrigos de lana, escondidas en cualquier libreria o tienda de artículos raros. Nos reconocereis rápido: somos las que vamos por la calle con una sonrisa de oreja a oreja y con los ojos bien abiertos.

Ahora me toca a mi.

martes, 15 de septiembre de 2009

To Wong Foo, Thanks For Everything! Julie Newmar



Esta mañana cuando veía el telediario mientras me vestía para ir a trabajar, me he enterado de que se ha ido. Inmediatamente he vuelto a mis quince años y a la película Dirty dancing. Se a ciencia cierta que muchas de mis amigas, cuando han oído la noticia, también. Me acuerdo que tuve un montón de problema en casa para ir a ver esta película por que el título no convencía demasiado a mis padres. Pero finalmente conseguí verla con mis amigas. En verdad lo que encerraba esta película era la historia inocente y pura de un primer amor. Ese primer amor que todas estábamos locas por vivir en aquel entonces.

Por supuesto que todas nos enamoramos del personaje de Patrick Swayze, y quien diga que no, es una mentirosa redomada y no la volveré a hablar en la vida por petarda. Quien no podría enamorarse de aquel profesor de baile que nos fascinaba con su baile vulgar, de aire malote, que despertaba nuestros primeros instintos sexuales, pero que en realidad, tras esa pinta de bestia parda, encerraba un chico inseguro, un poco inmaduro, idealista, de alma noble y pura? Quien podía resistirse a eso? Como no sucumbir a un amor de verano tan inesperado como intenso?

En nuestros quince años de aquel entonces, nos maravillaba aquel personaje que interpretó Swayze. Un personaje que era capaz de decir aquello de "nadie arrincona a Baby", mientras salvaba de su propia mediocridad a la protagonista en una fiesta de medio pelo, o cogerla en volandas como una reina de Saba en un triple salto mortal mientras bailaban ante la mirada perpleja de los padres de ella, o arrugar la nariz al final de la peli haciendo play back de la canción, mientras decía aquello de "And I owe it all to you" para, acto seguido, comerse a besos a la protagonista.

Nostálgicamente ahora a mi edad, me parecen un poco ridículas parte de las cosas que nos extasiaban a los quince años del personaje de Swayze en esta peli, pero hay algo que si que tengo claro: Su personaje fue para mi la primera representación cinematográfica que tuve del amor puro e inocente de los quince años, que no está contaminado y que se experimenta solo una vez. Eso se lo debo a Swayze y por eso, él quedará siempre en mi memoria icónica de esta forma. Así que, solamente me queda darle las gracias por ello.

Posiblemente, tenga pendiente con una amiga de Burgos volver a ver esta película. A pesar de que nuestras vidas han cambiado mucho, seguramente seremos capaces de volver atrás en el tiempo por un momento y nostálgicamente evocar parte de las emociones de aquella época, especialmente las que nos provocaba Patrick Swayze. Estoy secretamente convencida que a pesar de todo, aún soñamos discretamente con que nos cojan en volandas en triple salto mortal. Por que no? De vez en cuando, en la vida es preceptivo un I had the time of my life de tinte quinceañero.

lunes, 14 de septiembre de 2009

No, I presume



... Aunque si me oyera hablar como un dibujo animado y decir: " Me encanta!", posiblemente me diera una oportunidad y me pediría una cita a mi misma a ver que tal. Ja!

Oh, Il Nord! (Third part)



Este Sabado estuve en Chillida-Leku viendo, en visita privada, el museo al aire libre de este artista. Disfrute un montón de sus esculturas, que se encuentran diseminadas por todo el jardin del Museo. Me explicaron que Chillida era un artista al que le gustaba trabajar con materiales básicos, nobles, brutos, primitivos. Una vez terminadas sus esculturas, las exponía en el jardín para que terminaran de hacerse gracias a las inclemencias de la naturaleza. Por ejemplo, sus esculturas de hierro, debían oxidarse previamente a ser consideradas como piezas terminadas. Por eso se colocaban en el jardín, para que acabasen de adquirir ese color rojizo tan característico antes de ser entregadas a su comprador.

Yo tengo una especial obsesión con los objetos oxidados. En general no puedo tocarlos, es una neura desde pequeña. Ni siquiera ahora, cuando hace unos días me han tenido que poner la antitetánica por un pequeño accidente casero. Pero a pesar de esta pequeña fobia, no pude resistirme a tocar tímidamente las piezas de Chillida expuestas. Les pasé el dedo suavecito y tímido, porque estas obras están hechas para tocarse, para desprender con los dedos pequeñas escamas de óxido; para erosionarlas lentamente y acabar de moldearlas. Si vienen de la mano de Chillida, no puede pasarme nada si las toco.

También me contaron que Chillida con las sombras chinescas entendió su propio arte. No me extraña, las sombras chinescas son la mejor metáfora para entender el mundo de las ideas de Platon. Nadie que perciba o aprecie la belleza obvía este detalle. No podría ser de otra forma.

sábado, 12 de septiembre de 2009

Oh! Il nord! ( second part)


Una mañana del norte.....un paseo por el norte.




La casa elegida ...



Viene con perro, pero yo ya tengo el mío......



También hay bayas silvestres. Todo perfecto.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Oh! Il nord


Aunque estoy trabajando y no tengo mucho tiempo no puedo dejar de pensar en lo mucho que me gusta el norte. Esta Mañana paseando, antes de entrar en la reunión, me he topado con una vaca y nos hemos saludado. Uhmm, cuantos planes se me ocurren..... creo que little Mdme Senil sería muy feliz aquí trotando pradera arriba, pradera abajo.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Little dreams, little gardens


Desde hace unos años he venido pensando que no me importaría tener en un futuro una pequeña casa en la Sierra de Madrid con un no muy grande espacio exterior donde poner un jardincito sencillo o una pequeña huerta para plantas aromáticas o algún que otro cultivo, que orgullosamente pudiera cuidar.

Como soy ratoncito de biblioteca, no creo que me fuera muy dificil convertirme en ratoncito de campo de fin de semana, cortando, podando y sembrando aquello que aprendiera a cultivar. En cualquier caso, dado que todavía no he sido beneficiaría del premio del euromillón o la loteria y preveo que no lo seré en breve-concretamente porque no juego-por el momento me conformo (que no es poco) con visitar los jardincitos ajenos y pensar como me gustaría que fuera el mío.

Dado que aún pasarán muchos años hasta que consiga reunir el dinero suficiente para tener ese Dori´s place en la Sierra, me pregunto por que la ciudad de Madrid no desarrolla, como en otras cuidades europeas, esas iniciativas urbanas de dedicar pequeños espacios públicos al cultivo de verduras y hortalizas por parte de aquellos que puedan estar interesados.

Esto específicamente me lo pregunto mientras miro desde la ventana de mi estudio. Del otro lado puedo ver un pequeño parque cerrado al público (¿?) que se encuentra en la parte trasera de un edificio de oficinas. Es una pequeña zona ajardinada que siempre veo triste y solitaria porque nadie la utiliza. No creo que haya algo más desconcertante que ver cerrado algún espacio cuyo único destino sea el uso público.

Me pregunto, porqué después de tantos años seguirá cerrado y porque no dejan que exista una iniciativa como la que se lleva a cabo en París, por ejemplo, donde los vecinos tienen sus cultivos en pequeñas parcelitas donde comunitariamente las cuídan.

Tal vez la respuesta esté en que Madrid todavía no sea una ciudad preparada para las cosas pequeñas y frágiles. No quiere decir que no lo pueda ser, sino que creo que todavía no le ha llegado el momento.

Mientras tanto, hago planes para el Dori´s place rural que se construye en la imaginación de mi futuro.