martes, 15 de septiembre de 2009

To Wong Foo, Thanks For Everything! Julie Newmar



Esta mañana cuando veía el telediario mientras me vestía para ir a trabajar, me he enterado de que se ha ido. Inmediatamente he vuelto a mis quince años y a la película Dirty dancing. Se a ciencia cierta que muchas de mis amigas, cuando han oído la noticia, también. Me acuerdo que tuve un montón de problema en casa para ir a ver esta película por que el título no convencía demasiado a mis padres. Pero finalmente conseguí verla con mis amigas. En verdad lo que encerraba esta película era la historia inocente y pura de un primer amor. Ese primer amor que todas estábamos locas por vivir en aquel entonces.

Por supuesto que todas nos enamoramos del personaje de Patrick Swayze, y quien diga que no, es una mentirosa redomada y no la volveré a hablar en la vida por petarda. Quien no podría enamorarse de aquel profesor de baile que nos fascinaba con su baile vulgar, de aire malote, que despertaba nuestros primeros instintos sexuales, pero que en realidad, tras esa pinta de bestia parda, encerraba un chico inseguro, un poco inmaduro, idealista, de alma noble y pura? Quien podía resistirse a eso? Como no sucumbir a un amor de verano tan inesperado como intenso?

En nuestros quince años de aquel entonces, nos maravillaba aquel personaje que interpretó Swayze. Un personaje que era capaz de decir aquello de "nadie arrincona a Baby", mientras salvaba de su propia mediocridad a la protagonista en una fiesta de medio pelo, o cogerla en volandas como una reina de Saba en un triple salto mortal mientras bailaban ante la mirada perpleja de los padres de ella, o arrugar la nariz al final de la peli haciendo play back de la canción, mientras decía aquello de "And I owe it all to you" para, acto seguido, comerse a besos a la protagonista.

Nostálgicamente ahora a mi edad, me parecen un poco ridículas parte de las cosas que nos extasiaban a los quince años del personaje de Swayze en esta peli, pero hay algo que si que tengo claro: Su personaje fue para mi la primera representación cinematográfica que tuve del amor puro e inocente de los quince años, que no está contaminado y que se experimenta solo una vez. Eso se lo debo a Swayze y por eso, él quedará siempre en mi memoria icónica de esta forma. Así que, solamente me queda darle las gracias por ello.

Posiblemente, tenga pendiente con una amiga de Burgos volver a ver esta película. A pesar de que nuestras vidas han cambiado mucho, seguramente seremos capaces de volver atrás en el tiempo por un momento y nostálgicamente evocar parte de las emociones de aquella época, especialmente las que nos provocaba Patrick Swayze. Estoy secretamente convencida que a pesar de todo, aún soñamos discretamente con que nos cojan en volandas en triple salto mortal. Por que no? De vez en cuando, en la vida es preceptivo un I had the time of my life de tinte quinceañero.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es verdad, Amelie, confieso que a mí me ha dado mucha pena la noticia de su muerte.
Yo me tragué tres veces seguidas la pelicula, escondiendome en los baños del unico cine al que en mi infancia podia ir. Por Patrick cometí mi primer delito..
Tambien confieso haber intentado repetir las coreografias de la peli delante del espejo del baño y en la piscina (momento lago)
Un beso enorme
V.