martes, 17 de agosto de 2010

Life awaiting


Vía: Google

Desde pequeña he sentido siempre una fascinacion total por los aeropuertos. Ninguna otra infraestructura de transporte crea en mi estas expectativas. Los aeropuertos son mágicos, porque son potenciadores artificiales de destinos. Deberian llamarlos los excipientes D.

Y esto así porque en ellos podemos disfrutar del mayor numero de encuentros y contactos con personas que proceden de diferentes partes del mundo, en el menor tiempo posible. Personas que en condiciones normales de nuestra rutina diaria nunca habriamos conocido. Las zonas de paso de los aeropuertos permiten que al menos, haya unos segundos, minutos u horas de encuentro fugaz entre gentes de diferentes culturas, lenguas o razas las cuales finalmente llegaran a diferentes destinos alejados los unos de los otros.

Acaso hay algo mas fascinante que cruzarse por unos segundos con una persona en un cafe, intercambiar unas pocas palabras de cortesía y despues, alejarse acabando uno en Melbourne y otro en Madrid a las pocas horas? Las posibilidades de ese primer encuentro o las de volverse a encontrar son remotas, acaso imposibles.

Maravilloso.

1 comentario:

Oye, morena dijo...

¿Ya has vuelto? ¿Qué tal las vacaciones? ¿Te gustó Turquía? Cuenta, cuenta...