Otra vez el problema eterno que tengo con los clásicos. Visité hace unos días el Museo Van Gogh en Amsterdam, recorrí todas las salas atentamente y solo me pude quedar fascinada por un pequeño cuadro de un pintor, para mi desconocido llamado Jean Beraud. El cuadro estaba escondido en una pequeña esquina, mal colocado entre dos cuadros de Van Gogh. Lo que en principio solo me llamo la atención por su falta de armonía con el resto de cuadros, luego se convirtió en una pequeña fascinación por el personaje central.
La elegante figura de este hombre con sus esbeltos pantalones negros y su liviana blusa blanca abierta delicadamente hasta más de la mitad del pecho en actitud de relajada dejacion frente a la ventana, me tuvo retenida durante más de quince minutos en una absorta y sensual contemplación. Hasta llegué a desear haberle conocido.
Mientras todos se apelotonaban alrededor de los Girasoles de Van Gogh, yo disfrutaba sola de este pequeño cuadro mal colocado en una esquina.
Lo tengo claro, posiblemente muchos vibren con Van Gogh. A mi me estremece Jean Beraud.
2 comentarios:
Querida Amelie, a ver si has encontrado otro de los secesionistas vieneses q tanto nos gustan y que nos dan tanta cuerda en las tertulias del -Thyssen-
Bss
Ya te digo! Al menos una cosa hemos ganado: Ya sabemos quienes son los secesionistas.
Disfruta en Palma pequeña Barbarella. Muack de tu amiga.
Publicar un comentario