viernes, 26 de junio de 2009

Mr. Peanuts



Es cosa bien conocida, que todo mortal tiene un San Benito, un drama que sufre en silencio como las hemorroides. Yo tengo el mío. Se llama Cacahuete. Cacahuete es mi compañero de trabajo, con el que paso más de 12 horas al día. Cacahuete conmigo da rienda suelta a su verborrea amoral y Dori con él aprovecha para sacar la neurótica políticamente incorrecta que lleva dentro. Menudo par. A veces no se como sacamos el trabajo, o peor que eso: como lo sacamos bien.

Pero hete aquí que a Cacahuete no le son suficientes 12 horas de convulsión psiquiátrica conmigo en el trabajo. Cacahuete necesita más y ha decidido interaccionar con Dori a través del ciber espacio. Para ello, ha creado su propio que dará el contrapunto necesario al mío.

Cacahuete está pasando una fase de catarsis artística tremebunda en estos momentos. Después de haber pasado por una revelación deportiva, que le obligó a comprarse outfits completos de ciclista y tenista, por este orden, se ha dado cuenta de que no, que lo suyo no es sudar la malla que eso le deja bastante escocido, lo suyo es la fotografia y ahora me persigue por toda la oficina para darme la brasa con hacerme fotos en pelotillas. Eso si, según él, totalmente artísticas. Yo le he dicho que tiene un morro que se lo pisa y que se vaya con esa excusa a intentar verle artísticamente las perolas a otra.

Estoy esperando ansiosamente su próxima revelación artística-profesional que espero que sea la de dentista. Así al menos, las próximas endodoncias me saldrán gratis.

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