martes, 19 de mayo de 2009

X flower files



Estoy hasta el mismísimo geranio. No es por ser ordinaria, pero es que ese bendito me tiene exasperada. He plantado geranios en las jardineras de mi balconcito madrileño y los muy hijos de su santísima madre han decidido que justo en el mismo momento en que he decidido plantarles, prefieren perder las flores que ya tenían abiertas. Me estan haciendo una huelga de muñones desflorados. Creo que me están boicoteando por que saben que tengo un trauma con las flores y las plantas y se aprovechan de mi debilidad.

Yo no se vosotros, pero a mi no me crecen. Y no es una neura o un complejo, es una realidad empírica. Para datos los siguientes: En mi oficina han decidido colocarnos a cada uno una planta tipo ficus en nuestros despachos. Bueno, pues la mía es la única que ha cogido cochinilla y se está pochando a ojos vista. Me he paseado por el resto de despachos y todos mis compañeros tienen unas plantas lustrosas, vivas y resaladas que da gusto mirarlas. Ante esto, lógicamente me he ofuscado y al tío que viene a cuidarlas le he preguntado porque ha ocurrido esto. Le he preguntado si la culpa era mía por falta de ventilación, falta de luz, falta de mimitos o porque mi perfume o mis outfits no les gustaban. Este buen hombre me ha comentado que seguramente el hecho de que mi ficus esté ya en las últimas no responda a ninguna de esas razones, sino que seguramente cuando vino a hacerme compañía ya estaba tocado y solo ahora, meses después es cuando han empezado a notarse los efectos (Uhmmm, en que contexto habré oído yo una historia parecida?).

Bueno, una cosa está clara: No me puedo dejar avasallar por un ficus que traía la tos ferina oculta, ni por los millones de geranios floridos y hermosos que veo crecer desbordados en las jardineras de todos los balcones de Madrid. No, esto no debe acomplejarme, está claro. Debo creer en mi geranio en huelga de muñones desflorados y en su resurgimiento floral en breve.

A mis geranios les pasa como a mi pequeña Mdme. Senil, no son los más guapos, pero son míos y con eso me basta para quererles.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Asi me gusta!!!! Positiva ante toda!!! Y si tus geranios no quieren vivir contigo...ellos se lo pierden!!!!
Yo ya con un pie en Frankfurt; que nervios..!!!
Un beso enorme y a ver si hablamos antes de irme.
Tu Toñito.

Dori´s place dijo...

Ya te digo. Es que no se que me pasa a mi con las plantas que no se me dan. Sigue el geranio blanco chuchurrio en mi balconada. Le estoy dando un fertilizante específico para geranios a ver si así explosiona y me tengo que mudar de casa porque no quepa el geranio.

Menos mal que los perros se me dan bien que sino....

Anónimo dijo...

Darling,

Las plantas son unas puñeteras, yo tenía un flamante tronco del Brasil junto a un enorme ficus en el salón de mi luminosa pero diminuta casa.

El ficus está más enorme si cabe, lleno de pequeños brotes que prometen longevidad y me alegran el día cada vez que lo riego.

Pero el tronco del Brasil..... Ayyyy, pobre tronquito, enfermó, entre tu y yo creo de envidia por compartir salón con el lustroso ficus.

Así que angustiada lleve al tronquito a casa de Superbrico-woman, porque ella en su calidad de super heroina del Leroy Merlin siempre sabe lo que hay que hacer.
Pero ni siquiera sus sabios cuidados fueron capaces de remediar el desastre. Sus super-poderes de mujer-resuelta-que-todo-lo arregla no fueron suficientes.

Entre tú y yo, ni Superbricowoman hubiera podido salvar a mi tronquito. Creo que él ya había decidido que no le gustaba mi casa (ni mi ficus).

En fin, creo que las plantas son como las personas, sólo es cuestión de encontrar la clase y tipo que sea compatible con la luz del salón de nuestra casa.

Kitty Ninja.