sábado, 16 de mayo de 2009

The girls


Posiblemente yo sea uno de los pocos casos de estudio que puedan quedar actualmente, de gente que aún desayuna en las cafetería Nebraska en Madrid, y encima le guste. De hecho me preocupa que queden pocas de esas cafeterías antiguas de Madrid, tipo Manila o California donde todas las abuelas y tías abuelas de Madrid se reunían, y se siguen reuniendo, a partir de las seis de la tarde para tomar su café con leche y tostada con mermelada mientras despellejan vivas a todas sus amigas o familiares.

Que le voy a hacer, yo soy digna descendiente de esa generación de mujeres. Parte de mi infancia la he pasado en esas cafeterías, donde mi madre Nini, mi abuela Carmen y sus tres hermanas,Whasty, Cándida y Laura, se reunían a merendar y a ponerse verdes las unas a las otras. A mi estas cuatro últimas me tenían constantemente, como diría L. Donada, "agarrada a la barandilla del ovni" (Es decir flipando). En primer lugar por que creo que ellas eran las últimas representantes vivas de la Santa Inquisición, así como las verdaderas precursoras del agujero de la capa de ozono por los litros, litros y litros de laca que debían de llevar sus arquitectónicos peinados, en segundo lugar porque iban siempre tan envaradas que parecían que las habían metido un pepinillo por santa sea la parte, y en tercer lugar porque todas hablaban apoyando siempre una mano de perfecta manicura en el cuello con la única intención de esconder sus numerosas arrugas.

Estas cinco se podían pasar horas y horas en estas cafeterías repasando la vida y milagros de todo el mundo. Que peligro tenían juntas. Si estáis buscando el claro ejemplo de mujeres de familia latina, con un claro deje intervencionista en la vida de todos los miembros de su manada, hete aquí a vuestras máximas exponentes en su versión mas depurada. Te digo que éstas, los conceptos de individualidad y libre albedrío de las personas, no los tenían muy asimilados, y además creo que les importaba un verdadero bledo.

A pesar de ser tan políticamente incorrectas, yo he pasado tardes enteras escuchando a estas cotorras embelesada, porque como diría Paul Theroux "Yo soy de esas personas que no tiene nada relevante que decir, pero muchas preguntas que hacer". Por eso todavía me sigue gustando ir a este tipo de cafeterías a desayunar de vez en cuando, así las recuerdo a todas de un tirón. Por que no? A pesar de que todas eran unas pelmas tremendas, más estiradas que un palo, meticonas y controladoras hasta la medula, también han sido divertidísimas y no han dejado de ser nunca los primeros referentes como mujeres, que he tenido en mi vida. Y yo al fin y al cabo, si me pongo rulos será por algo, no?

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Frases verídicas de the conde girls: "Vámonos de aquí, Nini, ésto es una tienda para pobres" (refiriendose a IKEA).
"En la vida siempre hay que subir y nunca bajar".
Un bs:
V.

Dori´s place dijo...

Ja ja ja! Ya me acuerdo! pero que tías! Que vergüenza me hicieron pasar un montón de veces, pero que únicas todas!

Un besote gordo

Anónimo dijo...

Dori,

Adoro la calle Serrano y muy particularmente la calle Goya, pero no por sus tiendas o exuberancia, sino por sus abuelas de pelo blanco cardado armadas de perlas alrededor del pescuezo.

Siempre me han fascinado, desde pequeña, son parte esencial del paisaje urbano de Madrid, con sus dedos artríticos y andares patosos.

Lo que no suelo confesar nunca es que comparto con ellas una pasión escondida, me gusta la porcelana, las rosas inglesas y los broches de cristales que siempre llevan en sus abrigos de paño.

Además, te digo una cosa, sólo ellas entienden que el color rosa mi traje de ninja no resta gracia ni coraje a mi lucha. Sólo le añade glamour!!!!

Vivan las viejecitas presumidas!!!

(Y ojalá el destino nos deje ser una de ellas)

Kitty Ninja