domingo, 15 de marzo de 2009

Loli planet




Siempre he pensado que no hay nada que un par de margaritas bien frías no puedan arreglar. Con mis amigas está más que comprobado. Les funciona que ni al pelo. Hay un día cada dos meses que siempre quedamos para tomarnos unas buenas margaritas. No falla:  Cuando decidimos ir a tomarlas, es que alguna secretamente desea  desinhibirse un poco o olvidar algo  que le preocupa . Ayer cada una de nosotras puede que llevara alguna de estas razones consigo, porque salimos disparadas a por ellas en cuanto vimos la posibilidad. Así que ahí nos ves a las cuatro cumpliendo este ritual periódico, encantadas ante la idea de saber que  vamos a coger una buena que nos va a obligar a salir del bar a cuatro patas y cantando todo el repertorio de canciones inconfesables que en condiciones normales de sobriedad negaríamos conocer. 

Lo mejor de todo de estas margaritas es que consiguen que las lenguas  siempre se desatan un poco y que se relajen las mentes, para que acabe siempre apareciendo  algún pequeño secreto oscuro y picante que no esperábamos de nosotras. Me encantan esos espasmos de debilidades a grito pelado que se acompañan de un montón de risas. El mejor ayer fue el de mi amiga L. que es dueña de un mundo  propio y secreto que solo ella conoce y gestiona, y que solo muy de vez en cuando comparte con nosotras. Ayer fue uno de esos días: Gracias a estas margaritas, aunque a ella le afectaron menos,  sabemos por L. que las visitas nocturnas a las Termas de Caracalla en Roma pueden  ser sensualmente muy estimulantes. Y parece ser que hay otros conjuntos histórico-artísticos en Italia que también provocan este extraño y sorprendente efecto en ella. Entre lo que cuenta y lo que deja dicho entrelíneas, nuestras fantasías corren solas (tampoco hace falta mucho para desatarlas) y lógicamente, no me quedó más que decir: Viva el patrimonio artístico Italiano que además es patrimonio de la humanidad! 

También ayer concluimos sobre la sensualidad desbordante de las tiendas regentadas por brasileños donde puedes comprar cajitas para guardar cosas  (imprescindibles para ordenar los papeles que se acumulan según V. ) y los chorros a presión de los spas urbanos (indispensables tal y como está el patio, según Dori).


 

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Amelie!!
El mundo de las "margaritas" tiene tambien su lado oscuro: la resaca con la que te levantas el domingo por la mañana. Pero es un pequeño precio que pagamos a cambio del torrente de risas de la noche del sabado.
Sí, lo confieso, soy una fans de las cajitas en las que se pueden meter miles de cosas. Maxime cuando esas delicadas guardadetodo son vendidas por un brasileño con el pelo rizado y con una sonrisa encantadora.
Existen cajas de madera, de lata, de varios tamaños, con dibujos del Principito, con anuncios de la Cocacola de los años 50, con Pin´ups..etc etc. Si alguien tiene alguna duda puede preguntarme porque me he convertido en una experta en la materia descrita.
Pero ya sabemos que cada una tiene sus hobbies que van desde el patrimonio historico artistico romano a los spas.
Un beso enorme:
V.

Anónimo dijo...

vaya, vaya con mis niñas...!!!
Si es que no se os puede dejar solas!!! Me alegro de que lo pasarais tan bien y de que hicierais "turismo sexual" por la geografía europea...
Eso si, en mi proxima visita a la capital quedamos pa tomarnos esas margaritas, aunque solo me ofrezco pa dirigir la orquesta, que eso de cantar ya me lo se y se como acabais... Heidi y compañía!!!
Un beso enorme.

Dori´s place dijo...

Es que no sabes que resaladas estaban todas el sábado!

Besos