jueves, 12 de abril de 2012

Dori voyaeur at breakfast time







A veces cuando bajo al centro a hacer recados los Sábados por la mañana, paro un momento a tomar un café en el Pain Quotidien (llamado el pan que te den, por mis queridas amigas)  que está en la Calle Serrano. 

Normalmente como voy sola, me suelen sentar en la barra comunal que está justo subiendo la entrada. 

A mi me hace gracia desayunar ahí, porque te aprietan un poco con los de al lado y el espacio de confort que tienes con el de enfrente es mínimo. Y yo como estoy poco tímida últimamente con el tema del espacio físico entre personas, me siento a mis anchas observando a los de enfrente e imaginando como deben ser sus respectivas vidas, mientras me calzo un bowl de café con leche y una tostada con aceite.  Soy terriblemente indecente ahora, con esto de la proximidad.

Pero me he dado cuenta que no le sucede lo mismo al resto. La última vez que he ido a desayunar, se me sentaron enfrente sucesivamente 3 chicos.  A los 10 minutos de estar sentados y comprobar que podían cambiarse a una de las mesas bajas de alrededor,  se levantaron y se fueron. Después de un rato se sienten intimidados al compartir un espacio tan estrecho con un desconocido enfrente, y especialmente con un desconocido como yo, que de vez en cuando mira fijamente para intentar descubrir algo de la persona que tiene enfrente. Determinadas personas,  prefieren la individualidad de las mesas bajas, porque eso no les obliga a mirar a su alrededor. 

Tal vez me fije más en estas cosas, porque últimamente yo hago exactamente lo contrario. Me escondo poco, miro un montón a mi alrededor, y me expongo mucho para ser arrastrada fuera de mi zona de confort, porque me he dado cuenta, con el tiempo, que esto es más divertido.

Así es como ésta solitaria durmiente se ha convertido en una pequeña voyeur en las tempranas horas del desayuno.


2 comentarios:

Xavi dijo...

hola Bombon...el gran Pain Quotidien es un buen compañero de viaje...ya sabes q nosotras damos mas vueltas q las peonzas y es un lugar donde a veces parece q se pare el tiempo..y al ser todos iguales..de repente al salir a la calle y escuchar hablar en Ruso sientes un poco q estas "lost in translation"...

barbarella dijo...

Pues sí Amelie, la edad nos ha convertido en algo descaradas. Nada como mirar fijamente a los ojos o decir lo q se piensa para sentirse una tan a gusto.
Bss y buena semana pelucona