Bien sabéis que cuando una persona tiene una habilidad o un don, tiene la obligación moral de potenciarlo. Eso es exactamente lo que yo hago, con los propósitos de año nuevo. Aquellos que sigan este blog, año tras año, sabrán que he tenido que perfeccionar, a lo largo de todo este tiempo, mi técnica de elaboración de promesas de año nuevo, hasta poder dominarla completamente. Soy la stradivarius de los new years resolutions.
Empecé por el año 2009, inocente de mi, escribiendo sobre aquellos objetivos que quise cumplir ese año. A la vista de que no los pude cumplir y los había hecho públicos en este blog (Mon dieu, quien me manda), en el año 2010, perfeccioné la técnica denominándolos "no propósitos de año nuevo", de tal forma que su incumplimiento reiterado no creaba ningún tipo de malestar en mi persona, porque para eso eran no propósitos, y podía salvar la cara frente a mis escasos lectores (uf!).
Aún así, como buena profesional ambiciosa, entiendo necesario perfeccionar este arte del eterno incumplimiento, introduciendo una medida adicional a mi sistema. Es lo que yo llamo alcanzar la maestría en lo mío: Redactaré mis no propósitos de 2011, el 28 de diciembre.
Si señor, así si no los cumplo, podremos decir tranquilamente que no me ha dado tiempo, no?
1 comentario:
Es una buena estrategia lo de dejar los propositos-no propositos
para final de año. Así no te fallas a tí misma.
Eso sí, seguiremos potenciando nuestra curiosidad innata por las cosas y la gente.
Bss
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