martes, 12 de octubre de 2010

Lost in translation




Se lo decía ayer a mis amigos. Yo muchas veces no me entero de que va esto, después de tantos años paseando por este mundo. Me explico con un ejemplo simple e irrelevante, pero que me resulta muy ilustrativo de como nos comportamos en las pequeñas cosas. Luego que cada uno lo traslade al aspecto que entienda oportuno.

El Domingo vi en una revista de modas de toda la vida (la leía hasta mi abuela, no te digo más) un pañuelo de cuello bien de precio, que me encantó, de una marca nueva de accesorios muy accesible para los bolsillos sensibilizados por la crisis. Ni corta ni pereza hice el recorte y, como ayer hice puente, me acerqué después de unos recados a esta tienda, que todo sea dicho, nunca me acabó de caer simpática y ahora menos, desde luego.

Inocentemente entré en la tienda con mi pequeño recorte en mano. Se lo enseñé a la dependienta educadamente y le pregunté si tenían el pañuelo en cuestión. Ella me contesto, NO.

Suelo ser una persona bastante conformista, pero quise saber más y le pregunté que tipo de NO era: Tipo NO ya no nos quedan, NO todavía no ha llegado o NO en realidad este pañuelo es de la temporada de verano.

Para mi perplejidad la dependienta en cuestión me explicó con suma tranquilidad que NO significaba que este pañuelo no se iba a fabricar nunca. Ante mi ojiplatez, la señorita se asombró y con no poco esfuerzo de concreción me explico lo siguiente: Mire, normalmente se hace un showroom a principio de temporada donde se invita a los periodistas de los principales medios de moda y se les enseña el catalogo de la temporada otoño-invierno 2010.2011, para que lo publiciten en sus respectivas revistas. Catalogo este lleno de piezas que curiosamente NUNCA se fabricarán. Más tarde se fabrican otras, que son las que Usted ve aquí expuestas.

Yo seguí con mi pequeño recorte en la mano sin dar crédito. Lo volví a mirar y le dije como una niña de cinco años: "pero en esta revista sale el pañuelito de marras hasta con el precio puesto, lo han hecho con photoshop o que?" A lo que ella contestó tranquilamente: Las cosas son así.

No pude decir nada más. No merecía la pena. Ella no pareció dar importancia a lo que hay detrás de estos pequeños detalles, parecía cómoda en este mundo de pequeñas mentiras. Solo salí de la tienda y me dije a mi misma que no volvería a entrar, que ya me daba mala espina de antes esta marca y con esto ahora estaba sentenciada. Igualmente pensé:

a) Esta gente trabaja el doble: Una para crear piezas con las cuales mentir a los medios y a los consumidores. Otra para crear la verdadera colección.

b) Mienten a los consumidores ofreciendo productos que en realidad no existen. Recordad: la publicidad compromete jurídicamente a sus responsables.

c) Solo es una pequeña muestra irrelevante de lo que de forma generalizada hacemos en el mundo: Mentirnos los unos a los otros.

También me di cuenta de otra cosa: Solo los hechos pequeños nos hacen llegar hasta las grandes certezas.

2 comentarios:

barbarella dijo...

Querida Amelie, ya sabes que siempre hemos hablado que a veces los pequeños detalles son reveladores y son un punto de inflexion..la vida está llena de ellos.
Yo me quedo con una mesa de desayuno de un domingo por la mañana primorosamente preparada en un mantel con un toque marinero y en la que no faltaba ni un perejil.
Bss a miles

Dori´s place dijo...

Ja, no me hagas llorar barbarella. Llorar de emoción, me explico.