lunes, 27 de julio de 2009

Hey ladies



Me he dado cuenta de que cuando les pido un boli a mis amigas para escribir, siempre sacan de sus respectivos bolsos el boli de regalo que les traje de Australia (les traje mas cosas, eh!). Me hace mucha ilusión que lo lleven siempre consigo y que se haya convertido en el boli oficial de la pandilla. Así siempre llevan un trocito de mí consigo.

No saben ellas cuanto disfruté comprando todas las chorraditas que les traje a mi vuelta.

Por cierto V. en la foto de arriba no tengo duda que eres la de la horquilla en el pelo, L. la del gorro rosa y la flor, Y. la de perfil con trenza y C. la de los pantalones a cuadros.  Dori es la del pañuelo verde, y las gafas sobre la cabeza,  tal cual  estaba en la calita de San Telmo bañada por el sol, Ja!!!

lunes, 20 de julio de 2009

Another neo-stoic

Vía: KK

Estoy leyendo a una escritora iraní y lo primero que encuentro al empezar el libro es lo siguiente: "Nunca, en ninguna circunstancia, menospreciéis una obra de ficción tratando de convertirla en un calco de la vida real; lo que buscamos en la ficción no es la realidad, sino la manifestación de la verdad".

Esto es.

People I like. Spaces that say so much.


Este arquitecto y diseñador industrial se llama Achille Castiglioni. Siempre me ha gustado mucho, específicamente en su faceta de diseñador. Lo que mas me gusta de sus diseños, son sus mesas de trabajo llamadas Leonardo y Bramante, esta última sale en la foto de abajo . Grandes mesas espaciosas con base de atril, como las que ha copiado y vulgarizado Ikea (yo, tengo una!). Mesas de trabajo que se convierten en el centro neurálgico de una habitación y que hablan muchísimo de las personas que trabajan en ellas.





Esta foto de aquí es su estudio. Yo creo que dice mucho de la persona, verdad? Nunca habeis pensado que las casas de las personas dicen mucho de ellas mismas? Especialmente los espacios de trabajo, las cocinas y los baños. Ahí es donde yo acumulo practicamente la información más relevante sobre sus dueños. Sin embargo, los salones o salas de estar así como las habitaciones, son los espacios donde encuentro menos información, porque curiosamente suelen ser lugares muy asepticos. Me atrevería a decir áun mas, los salones, al estar cara al público, mayoritariamente son los espacios donde las personas cumplen más con los requisitos de lo que se espera de este tipo de habitaciones. Nadie quiere arriesgarse en un espacio que normalmente es el primer sitio que suelen ver las personas ajenas a la casa.


Yo, si me dejan claro, encuentro más interesante ojear los detalles pequeños, porque tengo la ridícula teoría de que si quieres hacerte un croquis básico del alma de las personas, tienes que componerlo a partir de los objetos que se dejan encima de las mesas y aquellos que guardan en los cajones y gavetas de los muebles de sus casas.


No es que los espacios vacios o las casas sin objetos no me gusten, depende del caso, pero creo que a veces, responden a lo que sus dueños llevan dentro, y en muchos casos lo que llevan dentro no suele ser bueno ni para ellos ni para los de su alrededor. Yo en esos casos, siempre me acuerdo del personaje de Matteo en la película La mejor juventud. Menos mal, que lo mejor de Matteo fue cuando se convirtió en Nicola.

viernes, 17 de julio de 2009

Ohhh happy nail du du duaaaa



Oh la la. Ahora que ha llegado este asfixiante verano he procedido a las reformas corporales típicas de esta estación. Analizando detalladamente mis uñas pequeñas y cuidadosamente alicatadas dentalmente, decidí, hace unos días, pasarme por el nails bar mas cercano y coger cita para uñas de gel, con la esperanzadora excusa de dejar descansar las mías durante una temporada para que crecieran definitivamente fuertes y sanas.

Debí sospechar que algo no iría del todo bien cuando me sente frente a la señorita que me iba a atender durante esas dos largas horas de reconstrucción uñil y vi su expresión de horror al ver mis uñas. Lo primero que me dijo nada mas sentarme era que dejara de pintarme de un rojo tan llamativo mis uñas pequeñas y redondas, dado que quedaban chistositas. Pero los escalofrios solo me entraron cuando me sugirió adelgazar la forma de mis cejas, tatuándomelas para que quedasen mas marcadas. Me faltó medio segundo para coger las de Villadiego.

Superado este primer bache de comunicación, pasamos inmediatamente al segundo. Le comenté que había decidido ponerme uñas de gel para dejarme crecer las mías y que me hicieran las manos más bonitas y cuidadas. Cuidadosamente hice hincapié en que no las quería muy largas, dado que hasta los 90 años de edad, más o menos, no tengo pensando convertirme en mujer-florero-no toca-nada. En realidad no se en que parte de mi discurso desconectó pero intuyo que fue cuando le dije Buenos tardes y me senté, ya que ella solita había decidido ya de antemano feminizarme in extremis, dijera yo lo que dijera.

Las obras de la Puerta del Sol me parecieron de risa comparadas con las obras de reconstrucción uñil que soporte durante dos horas, que incluyeron mascarilla protectora de la nariz y torno electrico pulidor. Finalmente el producto quedó bien: Mis manos parecían más esbeltas y mis uñas muy naturales. Lo único que me pareció es que estaban un poco largas para mi estilo y mi forma de vida. Ella comentó que eran perfectas. Yo le di las gracias, nos reímos un poco, respiré hondo y pague religiosamente.

Y a partir de ese momento solo he tenido serios problemas de adaptación a mi medio natural: No consigo coger las cosas a la primera, ni teclear mensajes en mi movil , lo que conllevará irremediablemente mi marginación social paulatina; ni teclear en el ordenador, lo que implicará la perdida de mi trabajo; ni abrocharme los botones de la ropa; ni acariciar a mi perro en el cuello sin riesgo de que le seccione la femoral; ni ponerme las lentillas sin que me lleve la cornea por delante. Esto, según Darwin, acabará en mi extinción en breve, a no ser que repiquetear con las uñas en cualquier tipo de superficie, se convierta en una ventaja evolutiva de aquí a las próximas 24 horas.

Para colmo de desgracias, Cacahuete dice que mis manos le recuerdan ahora ligeramente a las de las actrices porno.

Lo que me faltaba.

lunes, 13 de julio de 2009

Rare pieces of art




Revisando los trailers de las nuevas películas que vienen, he topado con este documental sobre una pareja neoyorquina de la cual había oído hablar algo hace tiempo. Se trata de Herb y Dorothy Vogel. Él funcionario del servicio de correos y ella bibliotecaria. De acuerdo con la información que he leído, y que os paso en el link, en los años 60 esta pareja decidió dedicar el sueldo de él por completo a la compra de piezas de arte, mientras vivían del sueldo de ella. Para poder desarrollar esta actividad, la pieza de arte objeto de compra tenía que cubrir dos requisitos: 1) que la pieza fuera económicamente viable para ellos y 2) que cupiera en su minúsculo apartamento de una habitación en Manhattan. Así en cuarenta años han reunido en ese pequeño habitáculo una de las colecciones privadas de arte minimalista y conceptual más importantes del mundo. 

Le oí a un conocido hace poco que no existe la gente interesante. Yo me quedé pegada al asiento. No es cierto, hay un montón de gente interesante, lo que pasa es que hay que saber buscarla, y no olvidarte nunca que en las personas más discretas y que pasan  desapercibidas, es donde están las mayores sorpresas. 

lunes, 6 de julio de 2009

This crisis shows off the saving me


Efectivamente, esta crisis económica que estamos todos padeciendo saca mi yo más ingenioso. De aquí a los próximos tres meses tengo una serie de bodas a los que no puedo faltar, no porque yo sea la novia (al menos que yo me haya enterado) sino porque es de mi gente más cercana y para mi, estar con ellos ese día tan importante en sus vidas aunque pongan mi peli favorita en la tele, es sagrado. Tal cual te lo digo, oyes.

Me he dado cuenta de que tanto evento festivo puede perjudicar fuertemente mi salud económica, pero no me dejo amedrantar, no!. Para ello, he decidido sacar a relucir este ingenio que Dios me ha dado y aplicarlo de forma práctica (ya era hora!) en la economía casera, que es justo donde yo siempre he flaqueado un montón. La aplicación práctica de esa chispa natural pasa ineludiblemente por el outfit a llevar a tan magnos faustos. Me he roto la cabeza a pensar y he decidido que básicamente me da igual si en las 3 bodas planificadas los invitados coinciden y ven que repito outfit por decimocuarta vez. No se preocupen, seguramente yo no sea la misma en ninguna de las 3 bodas, asi que mas da que el traje sea el mismo?

Aunque repita, tengo la solución perfecta para que no se note, el cambio de accesorios: Un broche aquí , un pendiente allá, una flor acullá, un bolso de mano del año de la tana muy bien conservado pero que nadie conocía, unos taconazos de vertigo y lo que no falla nunca, a little bit of attitude. Eso, cuando quiero no me falla nunca.

El outfit se hace en dos patadas, un vestidito saco de esos de 30 euros de Zara, un sobretodo de lino negro que tengo del año de la pera que bien puesto me da un aire sofisticado la mar de aparente, unos zapatos de tacon de infarto que, en su momento, fueron rosa chicle y ahora, gracias al tinte y a mi paciencia he convertido en negros, y unos pendientes enormes de 5 euros que visten un montón, y me hacen el servicio en una boda o en la cola del super.

Y ojo! eso porque no tengo mucho tiempo, pero con esta crisis económica he empezado a hacerme mi propia bisuteria. Para ello, chequeo todo lo que me gusta on line, como los pendientes que salen en la foto, y acto seguido envisto la primera tienda de abalorios más cercana que encuentro y en menos que cante un gallo, me tienes en casa tenaza en mano, doblando, cortando y colocando piedritas de colores.

Como empiece así, acabo tapizando yo sola los sofás en mis ratos libres.