Muchos de los que me conocen reconocerán esta foto. Se trata de dos decoradores franceses: Yves y Michelle Halard, muy conocidos en Francia. Esta foto la tengo colgada en la pared de mi escritorio porque reproduce muchas de las cosas que a mi me gustan. No es tanto por la composición de la misma, que en cualquier caso me encanta, sino por los pequeños detalles que veo en los protagonistas y que creo que no son arbitrarios (la foto fue hecha por su hijo que es fotógrafo profesional). Me atrae mucho como están sentados: relajados, sonrientes, descansados, las brazos entrelazados en sintonía. No da la impresión de ser lujosos, sino que prefieren disfrutar más de los pequeños placeres diarios. Lo intuyo, por el vaso de vino en la mano, el collar y broche que ella luce, la botella de vino, las aceitunas en la mesa, y como no, el perro, siempre el perro. Me da la impresión de que sus protagonistas están satisfechos con ellos mismos, que han debido trabajar muy duro en sus respectivas profesiones que les apasionan, y han alcanzado por ello un respeto y reconocimiento, por lo que ahora disfrutan de lo que han obtenido; tranquilos, conformes, risueños, discretos, junto a los suyos, con la sensación de deber cumplido.
Él me atrae más en la foto, tiene una sonrisa pícara, desenfadada, risueña. La sonrisa de alguien que inteligentemente prefiere no enfadarse mucho con la vida, que es capaz de gestionarla sin dramatismos innecesarios y que todavía es capaz de maravillarse con las cosas que vaya descubriendo, mientras, eso sí, disfruta de un buen vaso de vino. Creo que ahí radica el secreto de todo.
Puede que me haya confundido con ellos, pero también puede que no.
3 comentarios:
guapa que desayunaste un gin tonic
chelo donde estas me aburro
Ya sabes que la foto a mí tambien me encanta y que él me recuerda a una persona muy cercana a tí. La foto tenía que estar en Dori´s place, es toda una filosofia de vida.
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