Me encantan las gafas, esa es la ventaja de las miopes como yo, que podemos aprovecharnos de la necesidad de llevar estos artefactos antilujuría y adaptarlos a nuestro estilo. Me gustan las gafas de gata, puntiagudas en los ángulos superiores y que te convierten en una secretaría recatada un poco revoltosa, en una horny bibliotecaría o en una pantera al acecho.
Si no veis ni un pijo y queréis gafas que os conviertan en pequeñas depredadoras urbanas, no dejéis de visitar la optica Caribou.
Guarrrrrr!
1 comentario:
Querida amelie, siempre te han quedado fenomenal las glasses. Es mas cuando naciste tardaste mas en salir xq se quedó una patilla atascada. No te imagino de otra manera y creo que ya venias con gafas a este mundo.
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