Vía: Gilles Pinault
Creo que he descubierto una conspiración internacional de electrodomésticos en mi casa. Digo internacional, porque no importa la marca y la nacionalidad, ya pueden ser franceses, alemanes o españoles: Han decidido de forma conjunta todos, en idioma común, reventar mi paga extra de Diciembre en servicios técnicos de arreglo.
El cabecilla visible de mi conspiración particular ha vuelto a ser mi calentador de agua (alemán tenía que ser), boicoteando su quemador y sometiendo mis trémulas carnes mañaneras a duchas de agua fría.
Acto seguido, en perfecta coreografía le ha seguido la lavadora. Ha decidido que centrifuga cuando quiere, vacía el agua del cubo si le viene bien, y deja pegotes de detergente en la ropa en acto expreso de provocación sin precedentes. Hemos sometido a su filtro a un tercer grado, pero éste se encuentra igualmente amotinado y la extorsión realizada a base de chorretes de agua fría en el fregadero, no ha dado los resultados esperados. Le hemos mandado a hacer gárgaras con el suavizante.
Por si dos no fueran suficientes, a este acto vandálico se ha unido el horno. No te puedes fiar ni de los españoles. Cada vez que lo pongo a 200º grados (que mínimo!) nos deleita con un concierto de percusión de su ventilador durante el tiempo de cocción, que nos deja como firmes candidatos a usar anti-depresivos el resto de la semana.
Yo estoy ojo avizor. Estos tres son los sospechosos habituales, pero me temo que hay alguien que maneja los hilos de este boicot en la sombra. No os lo creeréis, pero creo que es mi árbol de navidad. Si, el mismo que viste y maceta. Lo compré en el Corte Inglés hace diez días, dije que me lo enviaran a casa al día siguiente y todavía estamos esperando que entre por la puerta. En el Corte Inglés, no dan crédito. Creen que es un problema de índole logístico, pero yo no me lo creo.
Tengo la absoluta certeza que está todo orquestado por este pino de plástico mafioso. Y creo que detrás de esas ramitas amorosas de verde sintético donde colgaré mis joviales bolitas de navidad, se esconde una mente fría que tendré que tener vigilada todas las navidades.
Le pondré espumillón auto-inflamable para que se joda. Y le diré al niño Jesús que está colocado en el portal de Belén de adorno, que le eche un ojito desde su cuna y me avise si ve algo raro en ese pelandrusco made in China.
1 comentario:
Querida amelie, ya se sabe no hay dos sin tres y en este caso no hay tres sin cuatro. Para mi q has encontrado la raiz del problema, nada de alemanes o franceses la culpa la tienen los chinos. Estan conquistando sordamente el planeta y al final lo q pretenden es q te compres un horno, una lavadora y una caldera made in china.
Tambien te planteo otra solucion: llamar a un tecnico multidisciplinar, que esté bueno, preferentemente polaco y q te arregle y te desatasque todo todito. Bss y ve ahorrando
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